viernes, 10 de junio de 2011

Santa Teresita

Cuando estuvimos en Ávila el la casa Natal de Santa Teresa vimos una estatua suya pero yo al principio pensé que era una estatua se Santa Teresa de Ávila pero después nos dijeron que era un estatua de Santa Teresita de Lisieux, una carmelita francesa que vivió a finales del siglo XIX. Para distinguirlas nos fijamos que Santa Teresa suele llevar una pluma en la mano, un libro o una paloma, pero Santa Teresita siempre lleva una cruz y rosas. Os voy a contar alguna cosa más sobre esta carmelita que murió muy joven en Francia:


Nació en AleÇon el 2 de Enero de 1873 en una familia muy religiosa (sus padres han sido beatificados), pero desde pequeña sufrió mucho porque con 4 años su madre murió de cáncer. Tras la muerte de su madre toda la familia se transladó a Lisieux.

El día de Pentecostés se curó de una enfermedad muy grave.

Ella quería ingresar en el Carmelo en el que ya estaban dos de sus hermanas con 15 años pero no la dejaban, así que fue en una peregrinación a Roma e intentó pedirle al Papa que la dejara entrar, pero apenas consiguió hablar con él y tuvo que tener paciencia. Al final entró con 15 años e hizo su profesión religiosa el 8 de septiembre de 1890, fiesta de la natividad de la Virgen María y también fiesta de nuestra Santina de Covadonga aquí en Asturias.

Sus otras hermanas entraron después que ella y su padre murió el 29 de julio de 1894, tras una enfermedad que les hizo sufrir mucho.

Ella es muy famosa por que escribió un diario en el que nos cuenta su vida desde pequeña y también su fe en Dios y su amor por Jesús.


Era una monja muy humilde y alegre, pero comía muy poco, porque dejaba las sobras para ella y se fue debilitando hasta que cogió tuberculosis y murió a los 24 años, sus últimas palabras fueron “Dios mío, te amo”. Siempre se representa con un ramo de rosas y pétalos porque prometió que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas sobre el mundo (se entiende que favores y beneficios). Pío XI la proclamó Santa y Patrona de las Misiones. Su sepulcro ha viajado por todo el mundo, también por Oviedo.

Es un modelo de monja carmelita, la orden que fundó Santa Teresa de Ávila.

Miriam Pérez Sal 4º ESO




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